Sí, sí, lo sé, demasiado fácil eso de escribir sobre viajes en el tiempo en un día tan señalado como hoy. Pero soy demasiado débil para no sucumbir al oportunismo mediático, así son las cosas.
Como todo el mundo está hablando de viajes en el tiempo aquí vengo yo a echaros abajo vuestras ilusiones y esperanzas. En Regreso al Futuro I el bueno de Marty iba al pasado a hacer no sé qué y por poco la lía porque su madre se enamora de él. Luego, como es un chico travieso, vuelve a «su» tiempo y encuentra que ha cambiado por algo que ha hecho malo. Así que tiene que ir a futuro para solucionar la cosa y la fecha elegida es…
¡Anda, mira! ¡Es hoy!
Y bueno, ya sabéis, hay que ir cuidado con eso de ir al pasado y no matar a tu abuelo porque la cosa por lo visto se pone fea. Si vais a la época de los dinosaurios tened cuidado de no matar ninguna oruga, puede que eso provoque la destrucción total de toda la humanidad y todas esas cosas que tanto molan.
Pero os tengo que confesar algo, no, no hay posibilidad de matar al abuelo ni de pisar orugas. No vamos a conocer a Marilyn, ni vamos a matar a Hitler que por lo visto tiene mucho tirón como reclamo en eso de los viajes en el tiempo o al menos eso comentaron en Órbita Laika.
¿Por qué?